¿Querés el olvido, mi vida? Nunca lo he dado, pero por vos, cariño, por el amor que te tengo, hasta eso te doy.

 Si te di tiempo,

si te di apoyo,

si te di compañía,

si te di soporte,

si te di paciencia,

si te di hasta el cariño que creí que no me quedaba,

si te di amor, a todo lo que da y representa;

si te di de mí, todo lo que había, y lo que iba creando... 

Si te di todo y no te bastó... 

¿Qué querías, amor? 

¿La nada? 

¿Cómo es que luego de mirarme con esos ojitos que rogaban un abrazo, 

un nido, 

un hogar, 

y todo te lo di, 

te atreves ahora a partir, 

alegando que quieres de todo, 

menos a mí... 

contigo?

¿Querés la nada ahora? 

Cariño, te amo tanto que te lo doy. 

Te doy la nada si es lo que necesitas, 

porque quiero darte todo lo que necesitas. 

¿Querés el olvido? Prepárate, que se viene... 

Lo estoy cosechando de a poco, sólo en caso de que cambies de opinión. 

Pero acá estoy, dándote incluso lo que nunca he sabido. 

Por este perro inmundo amor desbordante que te tengo, que me ensucia e inhabilita.

El cual espero, también, que nunca extrañes, 

porque no va a volver. 

Porque no puede volver... 

Porque si estuve dispuesta a todo por vos, yo espero que el verdadero amor 

-para mí-

 sea mínimamente lo mismo. 

¿Querés la nada? 

¿Querés el olvido?

Prepárate, que se vienen unas letras en las que no estarán tu nombre 

ni por sombra, 

ni por luz, 

ni por saturación. 

Prepárate, 

Que se viene el olvido.