Víctima o luchadora.

Me duelen los párpados de las lágrimas que no he derramado. Se consumen gota a gota cuando están en el lagrimal.
Mis pómulos están enrojecidos de los golpes recibidos por los años. De pronto mis nudillos llevan color, y me siento una luchadora, pero en realidad voy yendo justo al desgaste.

¿Qué sucederá cuando ya no sienta dolor en mis nudillos? ¿Y qué cuando mi estómago no pueda recibir más puñetazos y cuando mis pómulos realmente revienten de tristeza?

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